La excusa era la presentación de un libro, o quizás ese era el objetivo y las conferencias la excusa. Es indiferente. El caso es que un año después de celebrarse en el Colegio de Médicos de Madrid las XV Jornadas Nacionales de Información y Documentación en Ciencias de la Salud (22 y 23 de mayo de 2014), la biblioteca de esta institución volvió a convocarnos en lo que puede comenzar a ser una nueva secuencia de breves encuentros profesionales: I Encuentro Bibliosalud 2015 (22 de mayo).
El evento dio comienzo con unas palabras de María José Rebollo, bibliotecaria del ICOMEM, quien nos recordó lo importante que es el contacto en las redes sociales entre los profesionales del gremio, pero sobre todo lo importante que es para todos el contacto presencial y personal que propician estas reuniones, en las que no sólo volvemos a vernos las caras sino también aprendemos con las conferencias y exposiciones de los expertos. Poco después, María Luisa Alonso (Complejo Hospitalario de Toledo) introdujo al primer conferenciante, el profesor de la Politécnica de Valencia y analista de la información en MetricSalad, Jorge Serrano (Oportunidades y desafíos de la gestión de Big Data en bibliotecas de ciencias de la salud), quien nos presentó este nuevo reto para el trabajo en las bibliotecas de salud. Tras definirnos qué es esto del Big Data y señalarnos la importancia del análisis y la explotación de los datos, nos refirió diferentes técnicas para este análisis clasificadas en dos grandes ámbitos (la estadística y la computación), nos alertó de los principales desafíos (privacidad, confianza…) y nos abrió un mundo de oportunidades donde las bibliotecas pueden decir mucho en los próximos años como emisoras, garantes, integradoras y explotadoras de datos.
Con el ánimo subido, porque como vimos no parece que nos vayamos a quedar sin trabajo en las últimas décadas con tanta explotación de datos (y eso que la mayoría somos de letras), nos fuimos a tomar un café, otra excusa como otra cualquiera para reencontrarnos con amigos y compañeros. Repuestos los cuerpos con cruasanes, napolitanas, zumos y cafés, José Manuel Estrada (Hospital Universitario 12 de Octubre) continuó con el programa presentando al médico de atención primaria Rafael Bravo (todo un médico-bibliotecario o bibliotecario-médico o ambas cosas a la vez), quien se encargó de moderar la mesa “¿Qué estamos haciendo y qué podemos hacer con las Nuevas Tecnologías?”. El moderador fue introduciendo de forma amena, aludiendo a su curriculum personal y profesional, a cada ponente, siendo la primera en intervenir Nieves González (Universidad Pablo de Olavide de Sevilla) quien, con un tono y una voz que encandilaban los oídos y unas unas infografías la mar de efectivas, nos dio todo un repaso del uso, abuso, utilidades y funcionalidades de los “almetrics” (Métricas alternativas a la producción científica en ciencias de la salud), esas herramientas complementarioas –que no alternativas- que nos permiten medir el impacto de nuestras publicaciones a través de su consumo y difusión en las redes sociales. Nos convenció de su uso y de la inserción en nuestras páginas del famoso “donuts” de colores, pero al mismo tiempo nos avisó de los retos que sus usos conlleva: necesidad de transparencia y normalización, fragilidad de los medios sociales, ausencia de los indicadores métricos a la hora de considerar la financiación de los proyectos de investigación y necesidad de consolidar los indicadores únicos de investigador (ORCID) y publicación (DOI). Y nos lanzó, como quien no quería la cosa, tres retos: formarnos los bibliotecarios en técnicas altmétricas, utilizar estas herramientas en nuestras bibliotecas y, en consecuencia, formar y asesorar a nuestros usuarios.
Como en todo bocadillo, alguien tenía que estar en medio, y el segundo turno en las ponencias le tocó a Natalia Arroyo (Fundación Germán Sánchez Ruipérez), con su tesis en vísperas, quien nos habló con aplomo, soltura y conocimiento de causa sobre las aplicaciones móviles (Hacia un ecosistema móvil en bibliotecas de ciencias de la salud), de tal forma que quien aún –pocos- no se habían comprado un móvil salieron disparados a por uno para poner en práctica las enseñanzas de la ponente. Nos presentó una realidad, que el acceso a Internet depende en la actualidad más de los móviles que de los ordenadores, y nos convenció para que fuéramos posibilitando que nuestras webs de nuestras bibliotecas comiencen a estar disponibles para su consulta en dispositivos móviles. Dio todo un repaso a este mundo móvil mencionando dispositivos, plataformas, accesorios y aplicaciones, nos recomendó geolocalizarnos e instalar en nuestras bibliotecas “beacons” (para el geoposicionamiento en interiores) y, para finalizar, nos desafió con una pregunta: ¿sabemos cómo utilizan nuestros usuarios estas tecnologías de los móviles?
La última en intervenir fue Isabel Bernal –Digital CSIC-, felizmente embarazada, quien con su presentación (Más allá del acceso abierto: nuevos servicios en repositorios de Biomedicina) nos animó a todos a poner un repositorio en nuestras vidas y, más aún, a comenzar a pensar en la necesidad de crear ya no sólo repositorios bibliográficos, sino repositorios de datos, dada la creciente demanda y consulta de todo tipo de númerios y cifras, principalmente esos materiales complementarios que los propios autores de los artículos no saben donde dejar una vez publicados sus trabajos. Y si en alguien deberíamos vernos reflejados, nos lo dejó bien claro al mostrarnos las distintas aplicaciones, servicios y utilidades que los NIH norteamericanos están desarrollando para sus profesionales (empezando por My NCBI y acabando por SciEnCV), y nos fue avisando de que ya incluso podríamos publicar en revistas exclusivamente dedicadas a los datos, por ejemplo, “Scientific Data”.
Juan Medino (Hospital Universitario de Fuenlabrada) introdujo al ya sí último conferenciante de la mañana, Luis Gutiérrez Rojas, psiquiatra en Loja, buen orador y cuasi-actor, que aunque nos afanamos desde el Organizador porque interviniera a su hora, lo tuvo que hacer unos minutos más tarde por la lógica dilatación de la interesante mesa de debate. Aunque esta circunstancia no mermó sus nervios, sino todo lo contrario, y nos ofreció una charla (“Trabajando en positivo”) que no sólo resultó muy amena y aleccionadora, sino además divertida a más no poder. Tan divertida que algunos presentes volvieron a creer en el engaño de 2014, cuando en esta ocasión no había engaño ni trampantojo, y el psiquiatra conferenciante era en verdad psiquiatra, y era en verdad conferenciante, y trabaja de verdad en Loja. Además de demostrarnos su amor por el Atlético de Madrid, entre carcajadas, sonrisas y carcajadas, nos explicó las diferencias vitales entre un pesimista y un optimista y, como quien no quiere la cosa, nos propuso diez consejos para el que quisiera oír, entre ellos, autoconocernos, que relativicemos, que aceptemos que podemos cambiar, que no estemos todo el santo día comparándonos con los demás, que hablemos más de soluciones y no tanto de problemas, que seamos sencillos, que tengamos empatía y un imposible para muchos del Madrid y del Barça, que nos hiciéramos del Atleti, para ser unos sufridores felices.
Lo que costó salir del Aula Jiménez Díaz, donde habían tenido lugar todas las conferencias, charlas y coloquios, y ya Pilar Barredo (Universidad Autónoma de Madrid) estaba presentando a quien iba a intervenir al final pero era la principal protagonista, Elena Primo (Biblioteca Nacional de Ciencias de la salud), pues en definitiva todo este “sarao” se había montando para presentar el Libro de Bibliosalud2015, con los textos de sus pósteres y grupos de trabajo. Como si fuera una cirujana, la presentadora diseccionó el libro de forma informal en el Hall de Orlas del Colegio, desgranando sus partes y elementos, explicando sus enlaces y disfrutando con la biografía de Santa Wiborada, patrona de libreros y bibliotecarios, cuya festividad, en clara competencia con los madrileños, se celebra cada 2 de mayo. Como guinda, y poco antes de canapés y alguna que otra bebida, un repaso fotográfico a las mejores imágenes que nos dejó Bibliosalud2014, amenizadas con algún que otro bocadillo (de cómic, que no de merendola).
Aula Jimñenez Día durante el I Encuentro 2015Bibliosalud (Madrid)
Y después de esto, cada cual y cada quien hizo de su capa un sayo. Hubo quienes, con el mono en el cuerpo, se reunieron (los bibliometras) para seguir avanzando en el conocimiento, y quienes se fueron a comer, o se fueron a tomar unos cafés y unas cañas, o se fueron a coger el tren, o se metieron en el Rena Sofía a empaparse de cultura artística. Que felizmente, entre las bibliotecas de salud, haber hay para todos los gustos. Como dijo aquel, siempre nos quedará Madrid, en las XV Jornadas y en el I Encuentro. Y como dijo el otro, “una y no más”. ¿O quizás no?
José Manuel Estrada. Bibliotecario y documentalista