Más imágenes, esto es arte

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Noche en el museo: El secreto del faraón (2014)

Los viajeros de todos los tiempos, curiosos por conocer lo que ocurría en los confines del mundo, trajeron noticias de seres, de cosas y de lugares exóticos, extraños y curiosos. Los más avezados nos trajeron dibujos y bocetos de aquellos lugares mágicos, y ya en el siglo XIX los modernos viajeros aportaron fotografías y películas en blanco y negro, que luego se mudaron al color, y finalmente al vídeo, que dio paso al móvil y sus pequeñas cámaras. Imágenes y más imágenes que nos permiten recordar nuestras idas y venidas y presumir ante nuestros allegados de los recónditos lugares a los que hemos llegado. Imágenes de espacios de todos los gustos, tamaños y colores, excepto de los museos, almacenes y centros de conservación del arte y de la etnología, que por preservar sus colecciones siempre han tenido a gala una estricta reproducción fotográfica de sus fondos.

De ahí que para ver las obras de arte sin salir de casa tuviéramos pocas opciones, entre ellas comprar voluminosos y lujosos libros a todo color o navegar por Internet entre salas de pinturas y esculturas, aunque muchos de ellos son reacios en digitalizar sus colecciones y prefieren largas colas de usuarios a sus puertas. En el siglo del acceso abierto algo está cambiando en el mundo del arte. No ha sido el primero, desde luego, porque antes algunos otros museos han mostrado a los cuatro vientos sus fondos digitalizados, pero es el último hasta la fecha, o mejor dicho el penúltimo, pues estamos deseando que esta moda continúe. El MET, como señaló El País el pasado 13 de febrero,  ha seguido la estela de otros museos como el MOMA, el Rijksmuseum y la Tate, y ha decidido liberar con licencias Creative Commons más de 375 mil de sus imágenes digitales, que se dice pronto.

Otro baúl más donde aprender arte fácilmente y además aprovechar su arsenal iconográfico sin la espada de Damocles del uso no permitido de imágenes con uso restringido. Ya no sólo Velázquez y su Juan de Pareja, el autorretrato de Rembrandt, el Fernando VII de Goya, el torero de Manet o los niños bañándose de Sorolla…. también nos va a permitir estar casi tocando con las yemas de los dedos un puñado de obras más cercanas temáticamente, como ese aguafuerte de un médico chino de Boucher…

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…o los estudios anatómicos de Rubens…

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…o el retrato del doctor Leclenché de Monet…

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…o la sencilla efigie del médico de Paul Klee…

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…o el grabado de Rembrandt del doctor Ephraim Bueno…

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…o ese otro grabado de Durero del médico en brazos de Morfeo, conocido como “El sueño del doctor”…

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…o el relieve de aquel médico griego anónimo en los laterales de un sarcófago…

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…o… lo mejor es seguir buscando en el buscador del propio MET, que aunque no es muy sofisticado, permite pasar un buen rato encontrando maravilla tras maravilla.

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Ahora a esperar al siguiente museo, y ojalá que sea pronto.

José Manuel Estrada. Bibliotecario y documentalista

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