¿Dónde están las bibliotecas en las series médicas?

«La doctora Quinn, La película» (1999)

Llama la atención, después de la frustrante búsqueda la semana pasada de bibliotecas y bibliotecarias por las series de televisión del mundo mundial y de este país en particular, la nula presencia (a falta  de encontrar pruebas fotográficas y audiovisuales que atestigüen lo contrario) de bibliotecas de ciencias de la salud institucionales en las series de televisión llamadas “médicas”. ¿Alguien sabe cómo se llama la bibliotecaria del doctor House? ¿O de Meredith, Miranda y Derek? ¿Acaso los doctores Mateo y Vilches han solicitado alguna búsqueda bibliográfica, en su vida televisiva, a su bibliotecaria catódica? ¿Dónde está la bibliotecaria del doctor Fleischmann, en Cicely o en Nueva York? ¿Acaso alguien ha visto a los doctores Mark Greene o Doug Ross ligando en la sala de lectura? Incógnitas sin resolver. Entra dentro de la lógica que no le podamos exigir a los voluntarios méeicos de la selva en «Lejos de todo» o a la mismísima doctora Quinn que monte una biblioteca médica en pleno salvaje Oeste (aunque ésta sea capaz de organizar una biblioteca pública con cuatro cajas de nada procedentes de la casa paterna, en el episodio «La biblioteca», pues no es ella nadie…).

Ahora… ¿tan caro puede resultar contratar a un actor o actriz más para que haga de bibliotecaria en un hospital tan moderno como los de las series de hoy día? ¿Tan cara puede resultar una biblioteca de atrezzo, cuando pueden multiplicarse los libros en escayola o cartón piedra? La respuesta parece más sencilla: es más atractivo un quirófano que una biblioteca (argumentalmente hablando) a lo que hay que añadir que nuestros médicos televisivos están sobradamente preparados además de ser harto inteligentes (por obra y gracia de los guionistas). De ahí que les hayamos visto pisar más veces los pubs cercanos a su hospital que las bibliotecas de su centro (¡para qué, si van sobrados!).

Bien es cierto que algunos -los menos- no necesitarían de una biblioteca hospitalaria, pues la tienen propia, como el doctor House, aunque no le hayamos visto consultar en ella ni pocos ni muchos libros (¿serán también de atrezzo?). Ahora, para bibliotecas médicas personales, me quedo con la del doctor Marcus Welby, porque es más grande y porque parece tener libros con más solera (¿Acaso no están presumiendo de biblioteca Marcus Welby su colega Steven Kiley, tal que si estuvieran posando para una portada de la muy afamada revista norteamericana «My Medical Library and I»?

Que no nos engañen estas imágenes. Las bibliotecas como espacios físicos y presenciales están no muy lejos de “desaparecer” (ya nos indicaba la bibliotecaria de Springfield cuál puede ser su futuro más inmediato) para convertirse quizás en espacios virtuales y mentales.

Por eso es más fácil encontrarse a nuestros «médicos de pega» aferrados a un ordenador portátil antes que hablando en el mostrador con una bibliotecaria (tenga moño y gafas o no). Sin ir más lejos, hemos visto, semana tras semana, cómo Doogie Howser (“Un médico precoz”), al final de cada capítulo, escribía en su ordenador personal (¿también de atrezzo?) pertinentes reflexiones sobre su vida y su profesión…

…O hemos visto a los doctores Derek y  Owen consultar en una pantalla las imágenes escaneadas del paciente en cuestión.

Pero, ¿alguien les ha visto alguna vez (al menos, una) hacer una búsqueda bibliográfica en PubMed? Si no hay bibliotecas ni bibliotecarias en las series… tendrán que apañárselas ellos solitos… y es de esperar que no todos tengan casos tan enrevesados como los de House… A quien, no sólo hemos visto muy conectado a su bastón, a sus vicodinas y a sus bordeces sino también a las pantallas de su ordenador ¿No estará Gregory House haciendo, válgame Dios, una búsqueda bibliográfica, en compañía del sufridor doctor Tab en la siguiente imagen del capítulo 13 de su octava temporada (“Man of the House”)? Por la atención que presta, así lo parece, ¿que no?

La posibilidad de descubrir a House enganchado a PubMed como a los fármacos no me dejaba dormir y hete aquí que me puse a ver como un poseído el capítulo entero hasta dar con la secuencia y…¡oh sorpresa! no era Pubmed, no,… eran unos vídeos protagonizados por el principal paciente del capítulo. ¡Otra vez será!

¿Habrá más suerte con el episodio 14 de la séptima temporada, que lleva por título “Recession Proof”? En esta imagen podemos ver a House, rodeado de sus pupilos, frente a un portátil (por cierto, un Mac, ¿propaganda subliminal o directa y descarada?), al que no es que haga mucho caso (¡erukeka!, entonces seguro que está consultando PubMed). El punto de vista de la cámara nos hurta cinematográficamente lo que House puede estar viendo. Suspense…

…Cuando la cámara cambia a contraplano y el doctor Taub se levanta.. ¡maldita sea la espalda de Hosue! Apenas podemos entrever lo que éste ve.. y aunque sea una esquinita, ¡qué desilusión! Tampoco es PubMed.

Una de dos, o dejo de realizar búsquedas en PubMed de una vez por todas, dado que mis médicos de cabecera televisivos no la utilizan para nada, o me creo la ilusión de que sí la consultan, de tal forma que el doctor Wilson…

…en este fotograma, parece estar dudando entre hacer una búsqueda en lenguaje libre o con los términos MeSH. Y, ¿por qué no? la doctora Izzie…

…parece estar intentando acotar su compleja búsqueda, al haber encontrado más de siete mil ochocientas referencias sin saber cómo dar con el clásico artículo publicado en el New England. Incluso House y el mismo Wilson (más el segundo que el primero) parece que son capaces de manejar la moderna versión de PubMed para móviles. ¿O no?

No nos hagamos más ilusiones, y concluyamos con dos verdades como puños. Una. Nuestros médicos de la tele son más listos que Galeno en sus mejores días. Y, dos, lo que es peor, nuestra profesión bibliotecaria y nuestras herramientas son de lo menos atractivo televisivamente. ¿O es que alguien en su sano juicio prefiere un pantallazo de PubMed antes que un primer plano de Olivia Wilde, Ellen Pompeo, Patrick Dempsey o… (ponga aquí el lector el rostro de su actor/actriz fetiche)?

En el fondo, ¿a quién le importa si los médicos televisivos usan o no PubMed? A nadie (bueno, al autor de esta entrada sí, que con ello ha podido cumplir una semana más con sus lectores). Ahora bien, una reflexión a este respecto nos puede llevar a una tremenda conclusión: si los médicos de las series televisivas son tan listos y no necesitan PubMed, ¿por qué nos empeñamos en manejar esta base de datos en nuestra vida real? Sugiramos a nuestros usuarios que, como House, miren directamente a pantalla y resuelvan cada caso clínico con un chasquido de dedos tras una iluminación premonitoria.

(Por José Manuel Estrada. Bibliotecario y documentalista)

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4 respuestas a ¿Dónde están las bibliotecas en las series médicas?

  1. Verónica Juan dijo:

    Y es más: recuerdo el capítulo de House en el que llegan los residentes del hospital con el que se fusionan (cuyo nombre no recuerdo) y la Dra. Izzie usa como «chantaje» a sus nuevos colegas proporcionarles (o no) la clave de acceso a la biblioteca (sic). Habrá que deducir que se trata de una biblioteca virtual???? Desde luego, es la única mención que yo he podido ver/oir.

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