Lancet Swift y New England Cyrus

bieberMiley Cyrus y Justin Bieber en Twitter, Katy Perry y Taylor Swif en Instagram, Shakira y Rhianna en Facebook, y, por supuesto, CA y New England en la Web of Science… o eso creíamos. Denostadas y alabadas a partes iguales desde su aparición, las relaciones ordenadas de revistas científicas del todopoderoso factor de impacto pueden sufrir convulsiones si prosperan los cambios que la Web of Science va a introducir en el uso y consumo de las revistas.

Hasta ahora, con sus más y sus menos, nos habíamos acostumbrado al convencionalismo del número de citas y del número de artículos, intentando convencer a nuestros usuarios (véase el ejemplo de CA) de que no por mucho publicar se ascendía más en el escalafón de las revistas más citadas. Habíamos aceptado la aberración de calibrar currículums y carreras profesionales de docentes, investigadores, grupos e instituciones a partir del factor de impacto. E incluso no nos extrañaba ya cuando alguien decía que tenía un factor de impacto de 215,321. Nos habíamos familiarizado con el índice H (después de haber buscado y no encontrado los A, B, C, D, E, F y, claro está, el G) y hasta habíamos aceptado que éste medía mucho mejor que el factor de impacto la trayectoria de un abnegado y prolífico profesional. Y ahora que se está implantado el impacto de las redes sociales en la ciencia médica vamos a tener irremediablemente que comparar a Rhianna con Lancet, y a Justin Bieber con el BMJ.

Todo porque (le ha costado cierto tiempo, todo hay que decirlo) la Web of Science, aunque tímidamente, ha comenzado por incluir entre sus indicadores el uso y consumo de las revistas en las redes. Algo que ya revistas como Science y Nature, entre otras, vienen presentando de forma habitual al exhibir el famoso donuts de colores de los indicadores altmétricos. De tal forma que no será extraño ver en un tiempo no muy lejano, cuando desglosemos las revistas de una determinada disciplina, a la derecha del factor de impacto o del factor de inmediatez, otras columnas tales como twitter o facebook o youtube… con lo que podremos comparar cómo un factor de impacto de 10,354 puede equivaler a tres mil flickr o que 5 mil citas pueden corresponderse con 125 mil tuits.

¿Podrán las más excelsas revistas científicas desbancar a los reyes y a las reinas de las redes sociales? Ahí es nada. Mucha competencia la de Swift, Cyrus y Bieber, para la que sólo estarán preparadas aquellas revistas que mejor han afrontado la revolución tecnológica. Revistas éstas que son hoy en día las que ofrecen las mejores y más completas páginas webs y las que más prestaciones ofrecen en dichas páginas. La carrera por el liderato no ha hecho sino comenzar, y algunas, más liebres que tortuga, llevan ya varias cabezas de ventaja: no hay más que entrar, por ejemplo, en la página de New England y comprobar la multitud de funcionalidades que sobre las redes sociales ofrecen a sus usuarios. Así pues, con cierta seguridad, aquellas revistas que hoy exhiben como un trofeo sus más altos factores de impacto serán también las que no muy tarde exhibirán sus trofeos en las redes sociales y puedan a desbancar del Olimpo a Katy Perry y a Shakira.

Si antes tuvimos que convencer a amigos y colegas para que nos citaran en sus artículos, ahora además tendremos que avisar a familiares y allegados para que, de noche y de día, no paren de colocar “megustas”, de enviar tuits y de descargarse artículos a troche y moche para que nuestros indicadores altmétricos asomen la cabeza entre el limbo de la indiferencia. ¿Cuánto tardarán las instituciones evaluadores en incorporar los tuits, los instagram, los pinterest, los tuits y los youtubes en la evaluación de los CV? Quién sabe… pero antes que eso, sería útil y convfeniente que incluyeran otros valores de impacto más cercanos, más latinos y más hispanos, como han solicitado los editores españoles en una reciente reunión en Alicante auspiciada por Scielo.

Se admiten apuestas. ¿Quiénes serán en unos años la Rhianna y el Justin Bieber de las revistas científicas?  Por si acaso,tiembla Miley Cyrus, que llegan Lancet, New England, Nature y Science.

(Por José Manuel Estrada. Bibliotecario y documentalista)

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