Y si no quiero ser como el New England, ¿qué?

«Vive como quieras» (1938)

Pues que no tendrás un factor de impacto de más de 50, punto pelota. Y si eso no te preocupa, serás feliz como una perdiz. Porque no sólo existen y deben existir revistas de dermatología, de cardiología, de neurología, de medicina interna, de alergología… de cualquier especialidad médica…o de cualquier disciplina y ámbito de las ciencias de la salud. Porque puede haber y debe de haber revistas científicas que naden entre dos aguas, que hablen de medicina y de algo más, que no sean tan específicamente clínicas que no nos dejen ver el bosque. Porque con la especialización hemos perdido el espíritu humanista de saber de todo o, al menos, querer saber de todo…Y aunque sea necesario, útil y apropiado que existan revistas como el New England o similares, también tienen derecho a la existencia, enriquecen nuestro saber  y son paladines multiculturales todas aquellas revistas que nos hablan, además de enfermería o medicina, de música, de filosofía, de pintura, de literatura y de cine… Porque los saberes no son estancos, como nos quieren hacer creer ahora. Porque hay médicos que leen y que escriben (literatura de la buena, y no sólo científica), porque hay enfermeras que aman la música y acuden al Teatro Real, porque hay residentes a quienes les apasiona el teatro y participan como actores en grupos aficionados, y porque hay muchos profesionales de la salud amantes del cine…Porque hay muchos “pluriempleados sanitarios” dedicados también a las 7 Artes.

Por eso existen, y hoy las recordamos en esta “ventanita”, revistas genéricas como “Medical Humanities”, de BMJ, pero también más específicas:

– para herederos, discípulos, imitadores o simples degustadores de la obra de Warhol. Hopper, Picasso, Rembrandt, Van Gogh o Velázquez, se publica “Arts & Health”, desde 2009, impulsada por la Society for the Arts in Healthcare y editada por Taylor & Francis;

– para coleccionistas en pequeñas imágenes del saber humano y carteros frustrados, en Estados Unidos se edita desde 1956 “Scalpel & Tongs”, a cargo de la American Topical Association;

– para futuros “karajan” o “plácidos domingos”, existe desde el 2009 un título como “Music and Medicine”, de SAGE;

– para émulos de Philip Roth, Muñoz Molina o Juan José Millás, los de Baltimore editan “Literature and Medicine”, desde 1982, o “Configurations”, desde 1993;

– para “spielbergs” en ciernes, se publicó hace tiempo en francés (“Revue Médicale Internationale de Photo, Cinéma, Télévision”, ya cerrada) o en inglés (“The Journal of Audiovisual Media in Medicine”, también cerrada) y actualmente se edita online la que a mí, particularmente, me gusta más de todas, por razones obvias: “Revista de Medicina y Cine”.

La “Revista de Medicina y Cine” (“Journal of Medicine and Movies”) se edita trimestralmente desde 2005, en castellano e inglés, y de forma gratuita por la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca, siendo sus culpables (y fundadores) los profesores José Elías García Sánchez y Enrique García Sánchez. La revista, según sus propios editores, tiene como objetivo “analizar los contenidos biosanitarios del cine con fines educativos, discursivos, de mentalización y divulgación” y se dirige a “los profesionales de ciencias de la salud, educación, comunicación, y cine, y a la población en general”. En su último número, por ejemplo, presenta un editorial sobre “El impacto social de las series médicas” y dos artículos sobre la serie “House”, y en su “editorial inaugural”, por remontarnos a sus orígenes, se realizaba las siguientes preguntas (que han sido contestadas en sus distintos fascículos a lo largo de estos años): ¿por qué el cine emplea la enfermedad en sus guiones?, ¿por qué la medicina se interesa por el cine”? o ¿por qué la utilización del cine por la medicina”? Una revista que suele abordar, desde el punto de vista cinematográfico, estudios sobre patologías como la gripe o la tuberculosis; asuntos polémicos como los cuidados paliativos o la bioética; temas eternos como la muerte, el alcoholismo, el suicidio  o el psicoanálisis; pero también análisis específicos de filmes como: “El aceite de la vida”, «No serás un extraño”, “Freud pasión secreta” o “Mar adentro”… y más. Muchos temas, muchos textos y mucho amor al cine para leer y para degustar detrás de unas palomitas.

(Por José Manuel Estrada. Bibliotecario y documentalista)

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8 respuestas a Y si no quiero ser como el New England, ¿qué?

  1. Elarien dijo:

    La medicina es absorbente, es algo vivo y lleno de emociones, pero a veces es necesaria una vía de escape para, efectivamente, no convertirse en el New England. Siempre me ha encantado leer y disfruto escribiendo. En los momentos de inspiración más que una evasión es un impulso irreprimible, aunque esos son los mejores instantes.
    Me he sentido muy identificada con esta entrada. Mil gracias.

  2. Elena Primo dijo:

    Impresionante el apartado del blog sobre los «pluriempleados», quizas deberiamos leerlo todos

  3. Pues nada, que a través de un amigo acabo de descubrir tu blog, José Manuel…
    Ya ves, yo que me creía como quién dice al cabo de la calle y al tanto de (casi) todo; lector impenitente desde mi época de estudiante de la revista ‘Jano. Medicina y Humanidades’, aficionado a esto de la red con mi humilde blog Regimen Sanitatis 2.0 y con el seguro convencimiento de lo que decía otro amigo y colega: leer solo libros de Medicina embrutece, (y más en estos tiempos oscuros que corren, añadiría yo).
    En fin, que desde hoy mismo me tienes como un fiel seguidor más.
    Saludos.

  4. Melena. dijo:

    Me ha gustado mucho José Manuel, muy interesante.

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